Reflexionando sobre "la Aventura de ser Maestro" de Esteve, me hace recordar cada momento de mi inicio en la labor docente, el nerviosismo al estar frente a mis primeros alumnos, la sensación de que tenía que cuidarme de mis alumnos, pensar que no tenía los suficientes conocimientos, o por que no al contrario, algunas veces sentirme superior a ellos, quiza como un mecanismo de defensa inconciente, en fín muchas cosas que hoy veo no han sido mas que lo que tenía que pasar para llegar a donde estoy.
Todos los que nos dedicamos a la docencia, con preparación pedagógica o sin ella, nos enfrentamos al reto de saber enseñar sin saber como hacerlo, pues es muy diferente lo que se aprende durante la formación en el aula, a lo que realmente vamos viendo día a día en un salón de clases con 40 o 50 alumnos, no importa sean de primaria, secundaria o media superior o superior, los retos a los que nos enfrentamos son los mismos, como comunicarnos, como interactuar con ellos, como controlar la diciplina, como poder llegar a su nivel en todos los aspectos, pues cada grupo es diferente y cada alumno es diferente a los demàs dentro del mismo grupo, además tienen sus propias prioridades de acuerdo a su edad.
Ser maestro estoy de acuerdo si se aprende por ensayo y error, y ser un maestro con humanidad solo lo puede lograr quien verdaderamente ama la docencia.
Hasta Pronto
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